miércoles, 7 de junio de 2017

DETECTIVE DE CUENTOS


- Los otros factores son irrelevantes, cuando examinas una prueba aparentemente importante, tiendes a hacer caso omiso a lo demás. Sin embargo, en la gran mayoría de casos que he tratado, son los hechos mas insospechados los que me llevan a dar con el quit de la cuestión...Por otro lado…

Sherlock seguía hablando, pero Watson ya le había dejado de prestar atención hace rato. Miraba distraido la lluvia por la ventana de el coche que los había recogido.

Y es que, la realidad era que se estaba empezando a cansar de la extravagancia de su compañero. Siempre le había resultado fascinante el don para la deducción que tenia Sherlock, sus comentarios que parecian siempre acertar, su orgullo… Pero últimamente sentía que necesitaba no formar parte de su vida.

Llegaron a la casa dónde se había cometido el crimen. Lestrade les estaba esperando.

-Les estaba esperando. Aquí estaba la señora Williams cuando entraron en la casa.

-Perdonen que interrumpa,-dijo Watson- pero me voy a ausentar unos minutos. Prosigan mientras.

Siguió andando un buen rato hasta que decidió sentarse en uno de los bancos que había en un parque.

Tan absorto estaba en sus pensamientos que no se percató de la llegada de una niña con coletas.

-Hola. ¿Puedo sentarme a su lado?

-Sí claro…- asintió Watson un poco sobresaltado.

-Soy Sandra. Sandra detective de cuentos.- Dijo tendiéndole la mano.


-¿Detective de cuentos?

-Sí, investigo casos, pero no de este mundo aburrido. Yo investigo a Blancanieves, a Caperucita Roja…Ya sabe…-contó con normalidad.

Y John no pudo más que sonreír con ternura. Qué imaginación se tiene de niño…

-Vaya…¿y hay muchos crímenes últimamente?-Intentó seguirle el juego.

-Pues sí, sí que los hay. Pero no se los voy a contar, usted es un adulto que no me cree, solo me sigue el juego. Soy consciente. Todos los adultos son iguales…-suspiró- Y me cansan porqué a veces siento que no me toman en serio lo suficiente… Solo van a lo suyo, a su trabajo.

Enseguida le vino a la mente su relación con Sherlock… últimamente la había sentido como la pequeña describía.

-Pero aún así los quiero, ¿sabe?- Prosiguió la niña sonriendo.

-¿A los adultos?

-A mis padres. Me hacen muy feliz a pesar de todo. Bueno, he de irme. Adiós…señor...

-John. John Watson.-respondió sonriente.-Cuídate Sandra. ¡Y sigue resolviendo casos!

Se despidieron con la mano en la lejanía mientras Watson meditaba en la peculiar personaje que acababa de conocer.

Le había hecho pensar, él también necesitaba a Holmes aunque a veces le molestaba su personalidad… Sus pensamientos fueron interrumpidos por una voz ronca:

-¿Tiene hora?

- Once y media.

-Gracias.

Otro personaje extraño. Pero este no le había causado una buena sensación. Así que decidió hacerle caso a su intuición y seguirle, como haría su compañero.

A pesar de que había dejado de llover hace rato, el hombre al que perseguía seguía con la cabeza cubierta. Realmente parecía que quería ocultar su rostro. De vez en cuando se giraba para comprobar que no le seguía nadie y Watson tenia que ingeniárselas para desaparecer de su campo de visión.

El trayecto se le hizo largo, pero llegó a su fin. Llegaron a una calle estrecha y solitaria. El hombre paró enfrente de una taberna, pero era la entrada trasera, la principal daba a otra calle a la que Watson tuvo que retroceder para no ser visto.

Cuando entró cayó en la cuenta que si le descubría tenia la escusa de que había ido a tomar algo. Pero, cuando vio que su objetivo descendía por unas escaleras que conducían a la bodega, si le seguía se habría quedado sin escusa. No obstante, decidió continuar con su pequeña misión. ¿Qué es lo peor que podía pasar?

Una vez abajo, escuchó voces que casi susurraban. Se escondió detrás de un tonel y se concentró en lo que hablaban. Se asomó y pudo ver además de escuchar:

-Llega tarde, Bernett –aquella voz le resulto familiar. Pero no podía distinguir bien a la persona.

-Sí. Discúlpeme. Pero, no le tengo que dar explicaciones.-contestó el hombre al que había perseguido.
-Deme el dinero ya y zanjemos el asunto…-se le notaba nervioso.- Le recuerdo que el favor se lo estoy haciendo yo a usted.

-Y yo le recuerdo, que como se ponga un poco autoritario conmigo… el inspector Lestrade aparecerá en los periódicos de Londres durante…

-Cállese.- le interrumpió con rabia.

-Bien. Entonces para asegurarnos que nada salga mal…repasemos el plan.-Dijo con malicia.

-Usted me da mi parte del dinero, y yo al día siguiente encubro el crimen y cierro el caso de una manera que parezca realista.

-Y la policía dejará de investigar.-apuntilló el hombre de la voz ronca.- Muy bien inspector Lestrade…Está usted hecho un delincuente…-dijo con tono de burla.

-Lo único….

-¿Qué?

-Hay un detective que también está investigando el caso, nunca se da por vencido . Puede que nos fastidie el plan si se sigue entrometiendo…

-Precisamente, ese es su papel en el plan. Quíteselo de encima.

-Créame cuando le digo que no es tan fácil. Yo lo conozco y sé que notará algo raro e investigará.
-Está exagerando…

-No lo conoce. Jamás ha perdido un caso. -Lestrade seguía insistiendo.

-En ese caso...nosotros nos ocuparemos de él. Solo necesito información. ¿Nombre?
-Sherlock Holmes. Vive en…

Le bastó con lo que había escuchado. Debía irse de inmediato y avisar a su amigo. Ahora sí que estaba asustado.

Salió de su escondite para dirigirse a las escaleras, pero tropezó con unas cajas de vino.
-Un momento, ¿lo ha oído usted también?

-Sí. Hay alguien.-contestó la voz ronca intentando mantener la calma.

Entonces Watson comprendió que ya no era plan de ir despacito y sin hacer ruido para llegar a la salida. Ahora tenía que arriesgarse y correr, correr todo lo que sus piernas pudieran hasta salir. Ya daba igual hacer ruido ,se habían dado cuenta que no estaban solos en la bodega.

Cuando logró subir y cruzar la puerta de la taberna, sus perseguidores acababan de subir el último escalón y lo perdieron de vista. No obstante, a Lestrade no le pasó desapercibida la cara que había logrado ver solo unos segundos.

-¡Le conozco!

-¿Qué?

-Es John Watson, el compañero de Sherlock Holmes y lo ha escuchado todo. Nos va a destrozar todo el plan- dijo Lestrade llevándose las manos a la cabeza.-¡Usted dijo que nadie le había seguido!

-¿Quiere hacer el favor de calmarse? Mírese, parece un niño,y, no lo es, ¿verdad? Usted es un inspector. Debería darle vergüenza.-dijo con tranquilidad. Y es que, este hombre era la clase de hombre que siempre lo tiene todo bajo control, que transmitía seriedad y seguridad.

Quien no tenia seguridad en ese momento era Watson. Llegó a su casa sin aliento.

-¿Watson, esto se va a repetir? Porqué no me ha gustado. Le he estado buscando una vez terminada la inspección de la casa para comentar ciertos asuntos con usted y no estaba, no quiero que...

-Después se seguirá quejando, pero ahora debo de avisarle de algo muy importante.

Después de haberle escuchado atentamente con el ceño fruncido-expresando así su concentración -Sherlock empezó a dar vueltas por la casa con las manos en la espalda. Entonces se detuvo para asimilar toda esa información:

-Si no he entendido mal, que eso no suele pasar, el inspector Lestrade ha hecho un trato con el asesino y ladrón responsable del crimen de esta mañana. Lestrade encubre el caso para que no se siga investigando y el delincuente le da una parte del dinero que robó a la señora Williams. Pero como yo estoy investigando el caso, quieren silenciarme.

-Exactamente.

Iba de una parte a otra, concentrado. Watson sabía bien que estaba pensando y no le debía interrumpir. Después de unos minutos que a John se le hicieron eternos, a Sherlock se le iluminó el rostro y volviéndose hacia su compañero le preguntó:

-Watson, ¿pudo usted escuchar su nombre?

-El hombre que hablaba con…

-Sí ,sí, el hombre de la voz ronca al que usted persiguió.-dijo con impaciencia.

-Sí lo escuché pero…no lo recuerdo… al principio de la conversación…le llamó…Ber…

-Bernnet.-afirmó con decisión Sherlock. Y empezó a caminar con paso rápido y decidió hacia su oficina. Watson le siguió sin saber muy bien que le rondaba por la cabeza a su amigo, pero ya estaba acostumbrado…y en el fondo le encantaba.

En cinco minutos estaban ambos preparados para salir por la puerta, aunque Watson seguía sin saber hacia dónde. No obstante, esta vez lo hizo complacido, emocionado incluso.

Llegaron a comisaria. Esta seria la primera vez que pedirían ayuda a la policía.

-Sherlock Holmes, ¿Qué le trae por aquí?

-Pasemos a dentro.

Después de media hora salieron de allí satisfechos, pues habían contado con el total apoyo de la policía. Mañana atraparían a Lestrade y a Bernett Johnson.

Fue Watson quién rompió el silencio en el viaje de vuelta:

-Así que Bernett Johnson es uno de los asesinos más buscados en Londres…

-Elemental, querido Watson.- Y compartieron una sonrisa.- Si le soy sincero, a mi no me ha sorprendido tanto el hecho de que Lestrade se pasara al otro bando secretamente.

-¿Cómo?

-Lo intuí. Como le decía esta mañana en el coche, hay muchos factores que…

Watson volvió a sonreír. Definitivamente había echado de menos aquel día a su compañero.

Al día siguiente llegaron al punto de encuentro donde habían quedado con Lestrade.

Sabían que les iba a tender una trampa, pero él no sabía que ellos también tenían una para él.

-Buenos días. -dijo Lestrade sonriente.

-Buenos días. Le tenia que comentar algunas cosas del caso de la señora Williams. Tenemos localizados a los culpables. Son una banda de asesinos y ladrones que asaltan las casas de los más adinerados. Y parece ser que se han aliado con alguien…-dijo mirándole fijamente a los ojos.

-¿Sí? ¿Con quién?

-Alguien que ha traicionado a la justicia. Un sinvergüenza si me permite la expresión.

Ahora ya estaba muy claro. Todos los allí presentes sabían de lo que hablaban pero nadie lo acababa de exponer del todo explícitamente.

Entonces hubo un momento tenso, muy tenso hasta que …

-¡Inspector Lestrade, no se mueva!-era la policía apuntándole con pistolas.

A su vez salieron del lado de Lestrade otras personas armadas y se hizo el caos.

Empezaron los tiroteos y Sherlock Holmes ,Watson y otro policía aprovecharon para irse, no sin antes ir a por Lestrade y capturarlo. Todo salió bien, excepto una cosa. Bernett Johnson se escapó, se les escapó porqué él no había aparecido aquel día.

Como ya se ha mencionado antes, era la clase de hombre astuto, que lo tiene todo bajo control.

Pero Holmes no se quedó satisfecho. Bernett Johnson se había convertido en uno de sus objetivos. Lo atraparía y estaba seguro de ello.

La semana siguiente todo pareció volver a la normalidad. Sherlock y Watson se encaminaban hacia otro caso, Sherlock volvía a contarle a su compañero sus reflexiones por la mañana, Watson escuchaba atentamente, Londres estaba muy transitado… Solo que ahora ya no existía el inspector Lestrade.

Cuando llegaban a la casa escucharon una vocecita a sus espaldas.

-¿John Watson?

-¡Sandra!-exclamó con alegría girándose.

-Le he reconocido por su sombrero.-dijo con una risilla.

Entonces Watson se agachó para poder estar a su altura y le puso su sombrero.

-Gracias Sandra.

-¿Por qué?- se extrañó la niña.

-¿Recuerdas la conversación que tuvimos la otra vez? Bien, pues me ha dado que pensar mucho y me ha ayudado a aclarar mis ideas. Y gracias a ti.

Sandra lo abrazó y John le dio palmaditas en la espalda, pues no sabía muy bien como reaccionar. Mientras, Sherlock contemplaba la escena perplejo.

-¡Sandra!¡ Ven aquí! No molestes al señor.-Era su padre.

Sandra puso los ojos en blanco.

-Tengo que irme.

-Antes de que te vayas, ¿has pensado en ser inspectora?

Sandra pensó unos segundos antes de responder:
-No. ¿Por qué?

-Hay un puesto que se ha quedado vacío…y una chica como tú nos vendría muy bien.-dijo guiñándole un ojo.

-Me lo pensaré. Se lo prometo.-dijo emocionada- ¡Adiós John Watson!

-Watson…¿quién era…?-preguntó Sherlock bastante sorprendido.

-Se lo contaré… el otro día…

FIN

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